Ver a un artesano emplear sus manos para transformar la materia prima y convertirla en un producto útil o decorativo es para los niños como un gesto de magia. Quedan boquiabiertos y admirados de la habilidad increíble del artesano para crear con tanta facilidad y rapidez aquel producto que tienen ahora delante de sus ojos, cuando hace unos minutos era un montón de barro, de lana, de mimbre, de piel, o una pieza de madera o de hierro. Tienen la capacidad de admirarse por las maravillas que nos rodean: las de la naturaleza y las que el ser humano es capaz de crear.
Las niñas y los niños escrutan con precisión cada movimiento, cada gesto y la actitud del artesano.
Después, se deleitan por coger las herramientas y los materiales e imitar exactamente los mismos movimientos que acaban de observar. Si se les deja experimentar, descubren que no es tan fácil como parecía y que toda creación requiere práctica, paciencia y constancia.
Entonces, valoran aún más la habilidad y el conocimiento del artesano.
Nos han visitado 3 artesanos:
-Pere Parets, alpargatero.
-Antonella Farris, especialista en llata.
-Raül Blanco, carpintero y maestro de la escuela.
¡Gracias por vuestra colaboración!