AIKIDO. APRENDE DE LAS MONTAÑAS

» Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio. Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad. No desprecies la verdad que está justo ante ti. Observa cómo fluye el agua en el arroyo de un valle, suave y libremente entre las rocas. Aprende también de los libros sagrados y de la gente sabia. Cada cosa – incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles – debería ser tu maestro.» El Arte de la Paz. Morihei Ueshiba

 

La palabra Aikido está formada por tres ideogramas, Ai (armonía), Ki (energía), Do (camino). Es un arte marcial que se orienta al desarrollo integral del ser humano y nos muestra el camino para resolver conflictos buscando una solución no agresiva. Así, su objetivo no es derrotar un oponente en un combate sino reconducir el conflicto aprovechando la energía del ataque del otro hacia un punto neutral donde nadie resulte herido. Por eso se le ha llamado el Arte de la Paz. Una paz que también hace referencia al estado en el que debe estar el practicante de Aikido. Sólo desde la calma podrá encontrar la solución positiva ante un conflicto, sea del tipo que sea: físico, psicológico o emocional.

Así, en el Arte de la Paz, se aprende a trabajar el conflicto. El conflicto es parte de la vida y nos lo encontraremos a muchos niveles. La tendencia natural o instintiva ante estas situaciones es la lucha o la huida. El Aikido nos hace una propuesta nueva: la armonía. Fluir con el contrincante, fluir con la energía del ataque y equilibrar esta energía. Para poder lograr esto lo más difícil no es todo lo que hay que aprender: técnica, repetición, interiorización … sino lo que hay que abandonar: el ego, el poder, la intención de ganar. Para poder llegar a este punto hay que hacer un trabajo interno muy potente, buscando la propia paz interna. Rellenando lo que está vacío y vaciando lo que está lleno. En el Aikido el conflicto no es confrontación, sólo es la otra cara de la calma. Une y construye. Crea. En el Arte de la Paz el conflicto sirve para conocerse a uno mismo y, desde aquí, poder aprender a respetar y proteger a los demás y todo lo que nos rodea.

2023-02-07T18:38:17+00:00octubre 8th, 2019|

AIKIDO Y LA PEDAGOGÍA HOLÍSTICA, PRINCIPIOS PARA LA VIDA

“El Arte de la Paz es una celebración de la unificación del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo que es bondad, belleza y verdad”. Morihei Ueshiba

1.Educación Integral: el fin del Aikido, como herencia de las artes marciales, es la formación integral del ser humano. El desarrollo de un cuerpo saludable, centrado, relajado y conectado; que aloje un corazón lleno de fértiles semillas, esperando germinar. Una mente clara y serena que favorezca el refinar el espíritu y conectarnos con el todo.

2. Libertad, confianza y respeto: la libertad la podemos experimentar al fluir con un movimiento circular y continuo como el de las órbitas de los astros; la confianza al tener un corazón que pueda albergar a los enemigos, pues un ser libre no puede ser dañado. El respeto toma distintas formas en las virtudes de los antiguos samuráis. Respeto a uno mismo, honorabilidad; respeto a los demás, cortesía y benevolencia; y respeto al entorno, justicia y honestidad.

3. Conexión con la vida: en palabras de O’Sensei, “aquellos que practiquen el Arte de la Paz deben proteger el dominio de la Madre Naturaleza, la divina reflexión de la creación, y mantenerla fresca y amorosa. El Arte del Guerrero da nacimiento a la belleza natural. Las sutiles técnicas de un guerrero surgen tan naturalmente como la aparición de la primavera, verano, otoño e invierno. El Arte del Guerrero no es otro que la vitalidad que sostiene la vida”.

4. Comunidad y servicio a los demás: el Aikido trabaja desde la cooperación, la no resistencia; no es una técnica de lucha, sino una vía para encontrar la paz en tu propia vida, reconciliar el mundo y hacer de La humanidad una gran familia.

2019-10-10T10:44:59+00:00octubre 8th, 2019|

BIBLIOTECA: LA LIBERTAD

Os presentamos una selección de los textos que inspiran el equipo de Sa Llavor y comparten a las reuniones semanales como parte de su camino pedagógico.

“Dos almas residen ¡ay! en mi pecho,
la una quiere separarse de la otra;
la una, mediante órganos tenaces,
se aferra al mundo en un rudo deleite amoroso;
la otra se eleva con vigor de las tinieblas
hacia los campos de excelsos antepasados”

(Fausto I, 1112-1117) Goethe

 

«What is education?», J.Krishnamurti, del libro «What are you doing with your life?»
El tipo correcto de educación se refiere a la libertad individual, que es la única que puede aportar una verdadera cooperación con el todo, con todos.
Pero esta libertad no se logra a través de la búsqueda de nuestro propio engrandecimiento y éxito. La libertad viene con el autoconocimiento, cuando la mente va más allá de los obstáculos que se ha creado a sí misma al anhelar su propia seguridad. Es la función de la educación ayudar a cada individuo a descubrir todos estos obstáculos psicológicos, y no simplemente imponerle nuevos patrones de conducta, nuevos modos de pensamiento. Tales imposiciones nunca despertarán la inteligencia, la comprensión creativa, sino que solo condicionarán aún más al individuo. Seguramente, esto es lo que está sucediendo en el mundo, y por eso nuestros problemas continúan y se multiplican.
Es solo cuando comenzamos a comprender el profundo significado de la vida humana que puede haber una verdadera educación; pero para comprender, la mente debe liberarse inteligentemente del deseo de recompensa que genera miedo y conformidad. Si consideramos a los niños como propiedad personal, si para nosotros son la continuación de nuestra mezquindad y la realización de nuestras ambiciones, entonces construiremos un entorno, una estructura social en la que no hay amor, sino solo la búsqueda de ventajas egocéntricas.

 

«No tienes que entender la vida». Rainer Maria Rilke.
Du musst das Leben nicht verstehen,
dann wird es werden wie ein Fest.
Und lass dir jeden Tag geschehen
so wie ein Kind im Weitergehen von jedem Wehen
sich viele Blüten schenken lässt.

Sie aufzusammeln und zu sparen,
das kommt dem Kind nicht in den Sinn.
Es löst sie leise aus den Haaren,
drin sie so gern gefangen waren,
und hält den lieben jungen Jahren
nach neuen seine Hände hin.

 

Principios de «Alianza para la Niñez». Joan Almon.
La niñez es un tiempo para aprender acerca de las cosas esenciales; acerca del mundo celestial y el terrenal; acerca del Bien, la Belleza y la Verdad.
La niñez es un tiempo para ser amado y para amar; para expresar miedo y para aprender a confiar; para estar serio y para estar calmado; y para celebrar con risas y alegría.
Los niños tienen el derecho de soñar y de crecer a su propio ritmo; tienen derecho a cometer errores y el derecho de ser perdonados.
Los niños tienen el derecho de que se les evite la violencia y el hambre; de tener un hogar y protección; y el apoyo para crecer de forma saludable, con buenos hábitos y nutrición segura.
Los niños necesitan gente a quien respetar, adultos cuyo ejemplo y amable autoridad puedan seguir. Necesitan un abanico de experiencias, ternura y bondad, valentia y coraje, hasta picardía y mal comportamiento.
Los niños necesitan una relación amorosa con la tierra, con los animales y con la naturaleza, con las familias y con la comunidad.
Los niños necesitan momentos para la devoción y espacio para la curiosidad, límites que los protejan y libertad para crear. Y tiempo para descansar, jugar, trabajar.
Los niños necesitan que se los introduzca a un mundo de principios, y que se les dé la libertad para descubrir los suyos propios.
El espíritu de la niñez pide protección y alimento.
Es una parte esencial de cada ser humano.

 

2019-10-14T09:10:56+00:00octubre 8th, 2019|
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