El 13 y 14 de enero 2023, dentro del Ciclo de las 7 Artes que presenta Escuela Cultura de la Fundació Sa Llavor “El camino del ser humano a través de las artes” pudimos experimentar el Arte de la Escultura con Rudolf Kaesbach.

En el camino del ser humano a través de las artes, la escultura ofrece imágenes reveladoras de su relación con los procesos del tiempo, el movimiento y las fuerzas vitales, cualidades que pudimos experimentar en un proceso vivencial y creativo, a través del modelado, el movimiento eurítmico grupal y la creación de esculturas con elementos naturales.

 

En las etapas artísticas de la historia del arte, se hace visible el movimiento interno y las fuerzas anímicas del ser humano.

Las estatuas egipcias permanecieron durante un largo periodo que abarca miles de años, estáticas e inmóviles. Este origen primigenio se transformó en una expresión más fluida y flexible en la cultura griega.

 

 

La escultura griega atravesó tres etapas evolutivas que van desde la arcaica, semilla del movimiento, pasando por la clásica, donde las fuerzas de contracción y expansión, la acción y el reposo y las sutilezas expresivas alcanzan el mayor grado de perfección, llegando al helenismo donde el movimiento se convierte en expresión desmesurada.

 

 

En el Taller exploramos las cualidades de la escultura a partir de una forma primordial modelada en arcilla, creando una secuencia de transformación, una forma que crece y se transforma en el tiempo, para llegar a una figura que en sí misma es conclusión y origen.

El diálogo entre las fuerzas de expansión y contracción, la gravedad y la levedad, lo vacío y lo lleno, el dinamismo y el reposo de las formas, configuran la base para una escultura equilibrada y armónica.

 

 

La culminación de un proceso es siempre un inicio.

 

 

A través del movimiento eurítmico vivimos las formas ocultas de la naturaleza y que subyacen en el gesto de la escultura clásica y moderna, movimientos que contienen la fluidez del agua, ciclos de eterno retorno.

Observamos los cuatro elementos , tierra, agua, aire y fuego, presentes en la escultura, ya sea de forma aislada, o integrados y armonizados en una sola obra, como en el caso de Miguel Angel, el cual en su juventud aisla las formas y cualidades de los elementos, para progresivamente, en un proceso artístico de 60 años, culmina uniéndolos magistralmente.

Los procesos del tiempo y sus transformaciones se encuentran en la escultura moderna, dejando atrás lo figurativo, para enfocarse directamente en las formas que parecen seguir un impulso natural de crecimiento y cambio.

 

 

El ser humano, artista por naturaleza, percibe su entorno y tiende en su interior a crear equilibrio, armonía y orden para contrarrestar las enormes fuerzas de la naturaleza.

Así como en las construcciones megalíticas se buscaba equilibrar las energías del paisaje con el sentir interno, el “land art” es una forma artística que permite vivenciar ese espíritu creativo y armonizador ancestral que todavía hoy se puede hacer visible.

 

 

El jardín de la Fundación Sa Llavor, nos ofreció la posibilidad de experimentar esta práctica artística, donde la escucha y la observación de la naturaleza nos regala el comienzo de esta escultura efímera, volátil como el viento, pero que deja huella en nuestro proceso creativo interno.