Masanobu Fukukoa es un campesino japonés, poeta, intelectual, filósofo, revolucionario y, sobre todo, sabio. Lleva setenta años cerca de la naturaleza preguntándole quienes somos y quienes debemos ser en el futuro. Es el creador de la agricultura natural y de las “nendo dago”, las bolitas de arcilla que aprendimos a hacer en el taller de semillas durante la Fiesta del Almendro, con las que quiere convertir desiertos en bosques.
La idea que sigue Masanobu es simple: no hay nada que exista en este mundo, por lo tanto sigue la filosofía del NADA MU, o del no hacer nada. Según él ni siquiera el conocimiento es útil. “Si utilizas el pensamiento para separar el rojo del negro, has aprendido a separar el rojo del negro, pero nada sobre el rojo o el negro.” Así que lo único que hay que hacer con uno mismo para “reverdecer” es simple: semillas y arcilla. Y lo mismo con la tierra. El hombre moderno, para obtener comida y agua, intenta controlar la tierra y en este controlar es cuando se produce la destrucción. El ser humano cree que conoce la naturaleza pero lo único que ha hecho es dividirla. El problema se resuelve mirando el todo. Cuando se destruye la vegetación, se reduce el oxígeno y el oxígeno es lo que nos permite cantar y estar felices. La mejor manera de recuperar la alegría es tirar bolitas de arcilla. Al hacer una bolita de arcilla, según Masanobu, lo que metes dentro no es sólo una semilla sino tu alma, y al lanzarla, no es solo tu mano sino la mano de un Dios.
Así que el viernes, en el bosque, no sólo nos disfrazamos de Dioses. Fuimos Dioses.