Se cree que el origen de la técnica del mosaico se remonta a más de 3000 años a.C en Mesopotamia, aunque se desarrolló y refinó en la Grecia antigua, llegando a su máximo apogeo en los elaborados mosaicos romanos y el imperio Bizantino.

La palabra mosaico significa “obra inspirada por las musas”, divinidades de las Artes.

La elaboración de un mosaico sigue unos pasos muy concretos, siendo un proceso muy completo que incluye diseño, ingenio, creatividad y técnica.

Se utilizan guijarros, piedras de diferentes tamaños o teselas uniformes dependiendo del efecto que se quiera conseguir y morteros como la cal o el yeso.

Originalmente el soporte era el suelo o la pared.En este caso hemos utilizado un tablero de madera con un marco para contener el yeso que se aplica al final del proceso.

La inspiración la hemos tomado de ornamentos originales de Persia, Grecia y Roma.