«Cuando miraba las asignaturas que se impartían en la universidad, la mayoría de ellas era conocimiento destructivo. No hay conocimiento constructivo en la universidad para mí. Si uno aprende a ser arquitecto o ingeniero, quiere decir que el daño es mayor. Cuanto más trabajen estas personas mayor será el daño a la montaña. Así que sentí que algo fallaba. Decidí dejar la universidad y regresé a casa. Antes pensaba que la gente pobre como yo, que sacaba malas notas en la escuela, no podía tener una casa. Porque las personas que son mas listas que yo, que son los primeros de clase cada año, tienen un buen empleo, pero necesitan trabajar más de 30 años para tener una casa. ¿Cómo iba yo, que no había terminado la universidad, llegar a tener una casa? Pero entonces empecé a construir mi propia casa, es muy fácil. Pasaba dos horas al día, desde las 5 hasta las 7 de la mañana. En tres meses tenía una casa. Otro amigo mío, que era el más listo de la clase, también tardó tres meses en construir su casa. Pero se endeudó, tenía una deuda para los próximos 30 años. Así que, en comparación, yo tenía 29 años y 9 meses de tiempo libre. Jamás imaginé que podría construir una casa de una forma tan sencilla. Cualquiera puede construir una casa. Los pájaros construyen un nido en uno o dos días. La ratas excavan un agujero en una noche. Los niños de 13 años en la escuela, haciendo ladrillos juntos, pueden construir una casa. Los animales pueden. Los niños pueden. Es fácil. Inténtenlo.»
Jon Jandai. Granjero y bioconstructor.