Los días 3 y 4 de febrero realizamos en la Fundació Sa Llavor el Taller de Pintura para la Comunidad Educativa impartido por Víctor Mardaras.
Abrimos el encuentro experimentando a través de la Euritmia las cualidades esenciales del azul y el amarillo, de la oscuridad y la luz. Vivimos sus polaridades en nuestro movimiento y gesto, desde lo profundo y oscuro hacia lo expansivo y luminoso y viceversa.
Con el triángulo azul y el triángulo amarillo opuestos representados en la figura humana, los dos triángulos se unen en el centro del pecho creando un diamante de color verde, espacio de libertad. Desde este lugar de apertura nos movemos y creamos. Ahora estamos sintonizados para empezar a pintar desde el color puro.
Transitamos a través de la acuarela el amarillo luminoso, el azul sereno, el rojo voluntarioso.
¿Con qué color me identifico? ¿Cuál vive fuertemente en mí?
A partir de ese color, creamos una composición donde invitamos a otros colores a dialogar, buscando equilibrio y armonía en el dar y recibir.
Un nuevo horizonte se abre al observar las pinturas al día siguiente, algo que nos conduce a vivir los colores desde otro material.
Las tizas pastel nos ofrecen la posibilidad de pintar suavemente, creando el espectro de los 7 colores a partir de los 3 primarios. Abren nuevos caminos de expresión, nuevas tonalidades y descubrimientos inesperados individuales y grupales.
Los colores plasmados sobre el papel también los pudimos experimentar en el espacio gracias al movimiento eurítmico. El mito griego de Iris, hija de Taumates y Electra, mensajera de los dioses y diosa de los 7 colores, representante de lo invisible y de la unión del Cielo y la Tierra, nos inspiró para vivir el movimiento del color en el espacio, creando y experimentando el gesto de los colores, violeta, azul, verde, amarillo, naranja, rojo, añil.¿Cómo es el movimiento del azul? ¿Cómo se diferencia del movimiento y gesto del amarillo? ¿Cómo se mueve el rojo?
Expresamos las cualidades y la esencia más profunda de los colores a través del movimiento individual y grupal.
Un ejercicio de dibujo con carboncillo en blanco y negro, nos dio la experiencia de crear sobre el papel un objeto con volumen y peso, luces y sombras. Esta vivencia está asociada con la historia de la pintura, cuando el artista consigue dotar a los objetos y figuras de peso propio y profundidad.
Para finalizar, tras escuchar una breve narración sobre el origen de las artes, realizamos una sesión en la que cada participante decidió de forma libre los materiales, el formato y el tema de su pintura.
La intuición, la imaginación y la inspiración artística siembran el inicio de un nuevo camino que engloba y recoge la vivencia del color y la pintura.