Entre los 12 y 14 años el ser humano entra en una fase de desarrollo llamada prepubertad. Para empezar a hablar sobre ella, compartimos un poema que perteneció a un joven de esta edad, en el cual podemos descubrir cualidades anímicas dominantes en esta época. Cada estrofa nos habla de sufrimiento, peligro, soledad, miedo, etc. Os invitamos a recordar los sentimientos de la prepubertad leyendo el poema. Comienza el viaje…
Una vez en el barco…
¡que nadie se eche atrás!
Hay que dejar la tierra,
ahora ¡al mar!
Sobre el agua…
movido por las olas,
soledad, tormenta,
miedo, hambre, frío…
Cae la noche,
la tempestad aumenta.
Olas como montañas,
vientos huracanados.
Las gotas de lluvia,
golpean mis ojos
como afiladas navajas.
El viento violento,
trae agua y salitre,
que cortan mi cara.
Mi barco navega,
dando tumbos de un lado a otro,
las olas le empujan,
levantan y golpean.
Y cuando todo el mundo
huye despavorido,
a refugiarse en la bodega…
Una leve sonrisa,
aparece en mi cara,
y se convierte,
en sonora carcajada.
Y grito desafiante a los cuatro vientos:
¡Poseidón se ha enfadado!
¡Enseñémosle lo que es un buen navegante!
Ahí estoy yo.
Pies anclados sobre la cubierta
ojos fijos en la proa.
Brazos nervudos y manos de Hierro,
firmes sobre el timón,
controlando mi barco.
Así, con esfuerzo y sacrificio,
poco a poco,
la calma voy conquistando.
Y de pronto percibes,
que hay nueva tierra,
donde sentirse seguro,
donde encontrar un suelo,
que te cobije, sano y salvo.