Las niñas y los niños, a través de sus creaciones artísticas, expresan el momento evolutivo que atraviesan. Nos muestran su vivencia interior en relación con el mundo que les rodea.
Observando cuatro imágenes con el mismo motivo “la casa”, pintadas por el mismo niño en un periodo de tres años, de los 3 a los 6, podemos “leer” su camino evolutivo y la transformación de su estado anímico en relación con el mundo circundante.
Rudolf Kaesbach nos ha acompañado como invitado durante el mes de noviembre 2022, realizando procesos artísticos de modelado con arcilla con las niñas y los niños de Sa Llavor.
La contemplación atenta de las creaciones artísticas que emergen de este proceso, nos muestra una visión global del camino evolutivo de las niñas y los niños a lo largo de las diferentes etapas educativas.
El proceso artístico debe ser el eje central del proceso educativo. La actividad artística beneficia de forma holística el sano desarrollo y crecimiento del niño.
“Yo soy el profesor de arte, ellos son los artistas”
Rudolf Kaesbach
Primer Ciclo
“La Princesa y la Rana” (6 años)
Esta imagen surge a partir de la narración “La Princesa y la Rana” y nos muestra una composición armoniosa y serena. Se vive la unión con el mundo circundante.
Se ha realizado en formato plano, con pequeños trozos de arcilla que van creando la escena, centrada en la orientación derecha/izquierda y la simetría.
Se comienza elaborando la tierra, después la montaña y el árbol. La expansión de las ramas del árbol se repite en la figura humana, aunque algo más contenida.
Es de especial importancia el lugar elegido para ubicar la pelota en el aire, un lugar de equilibrio que completa la armonía de la imagen.
“El Puente” (7 años)
A los 7 años todavía se vivencia el mundo y a uno mismo como una totalidad no separada y comienza a construirse un puente hacia la separación.
Para esta creación se propone hacer un río, la tierra alrededor y un puente que una las dos partes.
Los ríos pueden surgir sinuosos y circulares, rectos y largos, o como en esta imagen, suaves y bien contenidos en la tierra.
El puente aparece como símbolo de ese paso hacia el mundo que el adulto acompaña.
Segundo Ciclo
“La Cueva” (8 años)
El mundo y todo lo que lo habita, se comienza a percibir y a situar desde uno mismo, desde dentro, pero todavía con la seguridad de estar arropado y en casa.
Algunas cuevas tienen la entrada muy amplia y aparecen abiertas al mundo, otras son profundas, oscuras y sólidas.
En la imagen tenemos una cueva en donde la figura está confortablemente sentada junto a un fuego, observando el exterior donde aparece un árbol con un pájaro.
“La Gallina” (9 años)
Vemos la imagen de una gallina cargada con sus pollitos, saliendo y cruzando un umbral.
En torno a los 9 años se experimenta con intensidad la vivencia de separación del entorno.
Se cruza un umbral que no tiene vuelta atrás.
La salida del paraíso infantil deja atrás la primera infancia y nos lleva hacia la realidad del mundo, pero el mundo no es un lugar científico, frío y austero, sino un lugar de acciones bondadosas y sentimientos de belleza.
Tercer Ciclo
«La Figura Humana» (10 años)
A partir de la pauta de crear una figura humana en una escena, surgen múltiples opciones, pero todas ellas, en esta etapa, reflejan la búsqueda interna de armonía y equilibrio.
Estos años están emparentados con la época artística de la Grecia clásica, y a su vez con una conexión más consciente con los animales y las plantas que deriva en un interés por las leyes de la naturaleza.
Este momento entre la infancia y la pubertad suele mostrar un florecer que se hace visible en su capacidad de dedicación, esmero y atención hacia sus propias creaciones.
«Los Animales y las Rocas» (11 años)
Esta época se asocia a nivel emocional, con el ímpetu del imperio romano, su estructura y ambición. En esta creación se nos muestra la otra cara de esa misma época.
Vemos una imagen serena y pacífica, la de comunidades que se reunían en secreto en cuevas donde oraban en silencio, escondidos de los romanos.
Cuarto Ciclo
«El Barco» (12 años)
En este caso la pauta es situar un barco en el mar. En la imagen aparece un barco y su tripulante enfrentado a una situación difícil, atacado por un enorme ser marino.
En el comienzo de la pubertad, los cambios fisiológicos y la agitación emocional generan el comienzo de un alboroto interno que se refleja en muchas creaciones artísticas que aparecen de forma dramática.
«El Ser Humano» (13 años)
El adolescente busca la orientación en el mundo a través de sus propios ideales para poder desarrollar su juicio de forma independiente. La conquista de las tres dimensiones, el trabajo con la perspectiva lineal y las exactas proporciones, ofrecen una experiencia objetiva y a la vez inspiradora.
La educación de la voluntad y el pensar libre se desarrolla y potencia con la actividad artística.
“Cuando el niño se involucra en una actividad artística nace en él interiormente el sentimiento –y es este sentir lo que realmente nutre y desarrolla al ser humano-. A través del uso del intelecto, uno se vuelve anímicamente pobre, uno llega al desierto interior. A través de la actividad artística uno se enriquece y crece internamente»
Rudolf Steiner