Recuerdo que cuando estaba en Barcelona en la universidad, al regresar a casa por las vacaciones de verano, año tras año, mi padre me hacía siempre la misma pregunta: ¿pero tú qué estudias? Lo tenía muy despistado al pobre: empecé Filología pero me di cuenta de que lo que me interesaba era el marco histórico de los libros así que me pasé a Historia, pero ahí descubrí que lo más importante para mí era entender la organización social y cultural de cada época por lo que acabé Antropología. Cuando me tocaba trabajar tuve una crisis, lógico, entonces me acordé que de pequeña quería dirigir películas así que me escapé dos años a Cuba a estudiar cine (aún no entiendo cómo convencí a mi padre de ello) y luego, al regresar, todavía quise meterme en un máster de documental. Por aquel entonces en mi casa ya habían tirado la toalla, yo ya trabajaba escribiendo guiones en IB3 tv así que dejaron de preguntar porque con lo poco que ganaba ya me mantenía sola. La mayor parte de lo que he trabajado ha sido en el Teatro donde he pasado por muchos roles: he producido, he sido ayudante de dirección, he escrito, he dirigido, he actuado, ¡he llegado a hacer hasta un vestuario sin saber realmente coser!… Para un trabajo en equipo como el del teatro resulta muy útil haber “vivido” el trabajo de tus compañero/as.

Cuando Gloria me pidió que escribiera una reseña sobre mí para la newsletter me entró un ataque de pudor: “habla sobre lo que te motiva”, me dijo. Así es que pensando en todo lo hecho me di cuenta del por qué de tanto periplo, lo que me motiva es aprender. Por ejemplo, siempre me ha costado dar mi opinión en público así que decidí participar en debates en la radio y para mis eternos problemas de equilibrio, estoy aprendiendo a controlarlos a través de la danza. A veces me río sola cuando me encuentro bailando rodeada de mujeres de veinteañeras y pienso: ¿qué hago aquí a mis cuarenta y ocho, dando vueltas y tropezando con mis propios pies? Pero luego miro a una de mis maestras, que con sesenta años se mueve de una manera increíblemente fluida y confiada, y entonces todo cobra sentido. Me atrae todo lo que me cuesta y todo lo que no sé hacer, paradójicamente ese límite me da mucha libertad y amplitud mental.

Este curso he empezado a colaborar junto con Pau en el Proyecto Bosque y estoy disfrutando acompañando a los niños/as de la escuela en la transformación de este espacio bastante yermo en un futuro bosque. Para ello va a hacer falta tiempo, dedicación, paciencia y fe, pero es un camino que va a estar repleto de aprendizaje en compañía, así que no imagino un mejor plan.

Después de esto, lo próximo que tengo pensado hacer es matricularme en primaria en Sa Llavor, porque para infantil, ya me veo un poco mayorcita.