El solsticio de invierno conmemora el nacimiento de la luz. Pronto viviremos el día más oscuro del año pero también, poco a poco, veremos cómo los días se van alargando ganándoles más horas a la noche y a la oscuridad.

Dejemos que toda esta luz nos llene los corazones y entreguémonos al sentido más especial y entrañable del solsticio de invierno: compartir con los demás, reunirnos, renovarnos.

Es tiempo para sembrar. Imaginémonos que somos un campo fértil esperando para recibir un montón de cosas nuevas que arraigarán con fuerza en nosotros, creciendo hacia el cielo, hacia las estrellas, haciéndonos brillar.