Durante estas fechas, el reino animal y la naturaleza que nos rodea empiezan la época de hibernación. Los cuerpos agotados buscan el calor, la oscuridad y el silencio. Los árboles pierden sus hojas. Los bosques se quedan en silencio. Es un tiempo para descender y descansar, para asimilar, desde la calma y la quietud, todo lo que ha sucedido durante este año que termina. Pero, ¿qué pasa a nuestro alrededor? Luces, ruido, tráfico, consumo… Parece que nos quieran arrastrar hacia el lugar contrario al que nos pide el cuerpo. Regalémonos entonces volver a abrazar el sentido del solsticio. Dejémonos llevar por esta tendencia natural que nos empuja a ir hacia adentro, como hacen todas las criaturas. El frío sólo es amargo si estamos lejos del calor de nuestros hogares. Si seguimos el camino suave y tranquilo hacia nuestro interior veremos como el invierno, de hecho, es amable ya que nos permite entrar en la oscuridad de nosotros mismos, escuchando, aceptando y amando.
El invierno elimina las distracciones, el ruido y nos presenta el momento perfecto para descansar y retirarnos. Después recomenzará todo otra vez con el nuevo año, y como una semilla plantada en las profundidades de la tierra, nos alzaremos con energías renovadas una vez más para correr, reír y bailar bajo la luz del sol.
Disfrutad del invierno y feliz adviento a todas y todos.