«¡Mi corazón en el tuyo!
¿Y qué más?
La rosa en mi corazón. –
¿Y qué más?
La hojita nueva en la rosa. –
¿Y qué más?
El agua en la hojita nueva. –
¿Y qué más?
…El cielo azul en el agua.»

Juan Ramón Jiménez

 

Llegada la primavera en primer ciclo: ¡todo ha empezado a crecer!. El árbol que costaba escalar ahora ya es pan comido, las historias y libros que leíamos entrecortadas, ahora fluyen como un dócil torrente. El jardín ha estallado en colores, formas y frutos que endulzan nuestras mañanas. En el espacio de jardín hemos plantado unas semillas de girasol que estamos cuidando y observando a diario desde hace tres semanas. Para nuestra sorpresa, no ha sido todo coser y cantar. Una vez nuestras semillas crecieron, nos encontramos con la sorpresa de que a unos dóciles habitantes de nuestro jardín les gustaban tanto las hojas de nuestros girasoles que no dejaban ni una. Nos pusimos a observar y a imaginar cómo ayudar a nuestras plantas. Y con ideas de todos los miembros del grupo, creamos un castillo alto rodeado de cenizas para mantener lejos a los caracoles de nuestros girasoles. ¡Y qué resultado! Por el momento siguen creciendo sanos, desplegando todas sus hojas hacia el sol. Y nosotros llenos de confianza de que ante un algo inesperado podemos resolverlo para seguir creciendo.