Aprender las letras también puede ser la aventura de ir descubriendo sonidos escondidos en escenas de cuentos, que llevadas al dibujo hacen de soporte de la grafía de dicho sonido. Cada trazo, al escribirlas, nos hace trabajar y afianzar la lateralidad, la conciencia espacial, la coordinación visual-motora, la presencia, en definitiva. Cada sonido nos regala cualidades del mundo en el que vivimos y de nosotros mismos.

Así las vocales reúnen cualidades anímicas propias del ser humano;
entre otras, Admirar, Innovar, dEfenderse, abrazar con amOr, profUndidad del ser…

Las consonantes nos recuerdan cualidades formativas, del mundo exterior: el sonido “K” duro y cortante; el sonido “L” líquido y
transformador; la “M” equilibra y armoniza… así vamos vivenciando e integrando en el primer ciclo el mundo de las letras, dando comienzo al fascinante proceso de la lectoescritura. Los mayores del grupo además de recordar y afianzar las mayúsculas, tienen la novedad de conocer poco a poco a las “hermanas pequeñas”, las minúsculas.