La música es un elemento esencial para lograr un sano desarrollo en el proceso evolutivo de crecimiento y aprendizaje.
El sonido de la música despierta el pensamiento equilibrado y armónico, conecta con la sensibilidad, fomenta la voluntad y facilita la cualidad social de la escucha.
La música y el canto sitúan al intérprete en la delgada línea entre lo intangible y lo sensible, haciéndole partícipe de una auténtica experiencia espiritual.
“Cuando el ser humano escucha música, tiene una sensación de bienestar porque los tonos armonizan con lo que ha experimentado en el mundo de su hogar espiritual” Rudolf Steiner
Es un arte imprescindible en nuestra época para recuperar la conexión con uno mismo, con los demás y con la naturaleza.