Conectar con la propia esencia

Escuchar el silencio es una forma de interiorización que nos une a todos por igual. Cuando silencias el ruido, escuchas el sonido de tu verdadero ser.

Busca tu silencio interior y podrás escuchar tu alma:
«Como el rumor del mar dentro de una concha el sonido del silencio susurra en tu interior llenándote de sabiduría».

Escuchar el silencio es un arte que requiere desarrollar una actitud contemplativa. Cuando se logra el silencio interior, nos preparamos para hablar mejor y también para escuchar mejor. Mejora nuestra relación con nosotros mismos y con las personas que nos rodean.

Un discípulo, antes de ser reconocido como tal por su maestro, fue enviado a la montaña para aprender a escuchar la naturaleza. Al cabo de un tiempo, volvió para dar cuenta al maestro de lo que había percibido.

-«He oído el piar de los pájaros, el aullido del perro, el ruido del trueno…

– «No -le dijo el maestro-, vuelve otra vez a la montaña. Aún no estás preparado.

Por segunda vez dio cuenta al maestro de lo que había percibido.

– «Maestro, he oído el ruido de las hojas al ser mecidas por el viento, el cantar del agua en el río, el lamento de una cría sola en el nido».

– «No -le dijo de nuevo el maestro-. Aún no. Vuelve de nuevo a la naturaleza y escúchala».

Por fin, un día…

– «Maestro, he oído el bullir de la vida que irradiaba del sol, el quejido de las hojas al ser holladas, el latido de la savia que ascendía en el tallo, el temblor de los pétalos al abrirse acariciados por la luz».

– «Ahora sí. Ven, porque has escuchado lo que no se oye».