En esta etapa el niño comienza a independizarse emocionalmente de su entorno y experimenta la vida a través de sus emociones. Necesita rodearse de un ambiente artístico y rico en matices que le permita desarrollar su sensibilidad e inteligencia emocional.

La educación de la sensibilidad permite comprender y regular las propias emociones y las de los demás. Desarrolla el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la colaboración y capacidad de trabajo en equipo. Cuando se conecta el conocimiento con las emociones y el aprendizaje pasa a través del corazón, aprende de verdad.

En Sa Llavor las niñas y los niños de Educación Primaria descubren la sensibilidad del mundo.